Clos de los Siete es el proyecto liderado por el mundialmente reconocido flying winemaker Michel Rolland. Rolland llegó por primera vez a la Argentina en 1988 e inmediatamente se sintió seducido por el país: su ambiente, la gente, la belleza de sus paisajes, su cultura… y su formidable potencial para producir grandes vinos.
Luego de varios viajes y a los pocos años de su primera visita, Michel Rolland adquirió la convicción de que podría elaborar un gran vino en esta tierra y para ello se lanzó a la búsqueda de un lugar propicio en el Valle de Uco para invertir.
Fue así como descubrió, a unos 120 km al sur de la ciudad de Mendoza, a los pies de la majestuosa Cordillera de los Andes, un enclave ideal de 850 ha, ubicado a 1.100 metros de altitud, con una exposición solar única, con suelos constituidos por cantos rodados, arcilla y arena, recubiertos de una rala vegetación semidesértica; salpicado aquí y allá por enormes rocas, testigos de la prehistoria. Así empezó la historia del Clos.
De regreso en Francia, Michel invitó a un grupo de amigos bordeleses, también viticultores y apasionados por el vino, a sumarse a esta aventura Argentina. De esta manera, este grupo de familias curiosas e intrépidas, intrigadas por este lejano país, se lanzaron a afrontar este reto desmesurado apostando al sueño y la visión de Michel Rolland.
Familia Bonnie
Familia Cuvelier
Familia Rolland
Familia Péré Veregé
La tierra fue adquirida en 1998 y las primeras plantaciones se realizaron en Diciembre de 1999. En los años siguientes y bajo el liderazgo de Michel Rolland, las familias construyeron bodegas aplicando su experiencia y su compromiso para elaborar vinos de la más alta calidad.
Y para coronar este esfuerzo en conjunto, los “partenaires” franceses acordaron desarrollar un concepto único e innovador: elaborar un vino único que mostrara el potencial de este terroir. Fue así como nació el “Clos de los Siete”, el vino hecho con la contribución de todas las familias, un sueño hecho realidad en el corazón del Valle de Uco.